jueves, 28 de febrero de 2013

En Camino

Recorro el bajío de mi existencia,
basado en honores y creencias.
Recorro constante en el dolor,
la carretera del entendimiento.

Estacionado en la silla de tantas noches,
divago entre las formas hostiles
entre la música del incienso,
encerrado en paredes de incongruencia.

Desolado, vacío, víctima de la candidez
entregué demasiado, entregué todo mi ser.
Y el pago de mis esfuerzos golpea mi rostro
risueño de ayeres, ahora lloroso humedal de espanto.

En el pasillo silencioso  de mi memoria,
camino sin pasos, un fantasma, una imagen
buscando ligero, algún viento de primavera.
Una veta, el núcleo, algo de mi escencia.

Con brazos cansados me aferro
casi sin fuerzas, a la esperanza
al sueño que, entre risas desesperadas,
me regale la paz de la ignorancia.


Sonrío al final de la madrugada,
mientras busco algo que abrazar.
Preparo mi mente a la pausa del sueño,
me rindo al suero anestésico y espero.

Entre lágrimas, ruego despertar vacío,
a un día sin el peso de tu recuerdo,
seco mi rostro mojado, me hundo en la almohada
y pienso, sería bueno no despertar.








6 comentarios:

  1. "la paz de la ignorancia"... cuánto sabe.

    <3

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  2. Todo cambia, todo fluye.

    Todo nace, todo muere.

    Es lo hermoso de la vida... ánimo amigo!

    Tienes mis abrazos desde lejos, aunque no sirvan de mucho jajajaja

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  3. Me gusto mucho el "lloroso humedal de espanto". Un buen poema sobre la eterna respuesta al desamor :)

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  4. Coke podrías volver a hacer publico tu twitter, me gustaba leerte :)

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  5. ...que profundo, me recuerda una sabia frase....'aprendi a ahogar mis dolores..pero ellos aprendieron a nadar' buenisimo bloggg!

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  6. me leo en ese poema hace 15 años atrás!!

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