La luna baja en la noche la oscurece aún más con la casi ausencia de su sonrisa brillante y torcida allá detrás del manto nebuloso y brillante de la atmósfera
Frío en el cuerpo como desnudo que observa en la brumosa realidad ajeno al entorno próximo huyendo de la realidad cercana buscando algo en el horizonte estrellado
El viento se detiene a observar en silencio y los árboles abrazan la quietud nocturna un par de segundos la paz efímera de sonreír en las sombras y disfrutar el presente
Con ojos abiertos y luz apagada abro mis sentidos a la música celeste a los planetas al universo que gira con mi vértigo presente de palpito constante
Borracho del mundo agotado del calor diurno me hundo como Alfonsina en el mar de sombras y silencios buscando tritones y pulpos sirenitas brillantes suavidad de algas
Con el frío en el cuerpo y el temblor me regocijo en el la piel de gallina en el llanto de los poros y carcajeo silencioso acordes de locura fascinado volando
Volando
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