viernes, 23 de enero de 2015

Al Compañero Maricueca

Y mi página se queda en blanco por minutos y horas esperando llenarse porque la congoja me inunda las ideas y la redacción

Te fuiste Pedrito con tus claveles rojos de batallón maricueca luchando siempre por nosotros por el pueblo por la J con  la Gladys siempre en tu corazón golondrino y tus palabras sin enaguas

Recuerdo la primera vez que te leí escondido porque encontré tu libro por ahí pirateado y con cuidado lo leía porque era un libro cola y no quería que supieran y me escondí bajo las sábanas y las noches leyéndote y sintiéndote cerca como padrino mariposa con alas radiantes que con su risa nostálgica y felicidad orgullosa enfrentaba el infierno de la vida con los tacos el rimel y la pluma irreverente

Me reí con tus letras y sentí la pena en ellas también la nostalgia dulce de los días felices la sátira de tu lengua afilada era una estrella que iluminaba mi cara pajarona

Te fuiste Pedrito y hoy la luna parece que se sonríe en el firmamento como alegre de que te vas y te reúnes con ella en el manto neón de la noche te reúnes con ella con tu brillo rojizo para iluminar el camino de los pajaritos que quedamos

Te fuiste Pedrito pero te quedas para siempre en la historia y en los corazones rojos

Porque viniste a este mundo para quedarte.

*En honor a Pedro Lemebel, el compañero de la pañoleta, el de la lengua afilada, el que sacó la cara cola por todos nosotros. Muchas gracias.


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