domingo, 29 de septiembre de 2013

Sueños (O el Terror Nocturno)

Sueños...

Quién los envía? Morfeo, querido dios del mundo onírico, acaso eres tu?

Sueños...

Te vi, y mi alma acongojada te abrazó de inmediato, como si la eterna búsqueda de lo infinito, acabara en tu pecho tibio, en el calor de tu cuerpo y el mío.

Te abracé incansable, con añoranza queda, olvidé el dolor en el perfume de tu piel, y hundí ciego de amor, mi cabeza en tu cuello.

Los dolores se hicieron en fantasmas vaporosos, al igual que la moral, mi orgullo.
Desesperado, te quité la ropa y en el camino que lleva a mi cama, te hice acabar en mi,
me llenaste con tu sexo el cuerpo y el alma, y reímos por el gozo del encuentro, como la tierra que abraza al sol del amanecer....

En la mañana te busque romántico, con frío de amanecer, para calentar mi cuerpo con el tuyo.
Y me encontré solo, mojado y frío.

Había sido un sueño (o una pesadilla?)

Tus caricias ya no estaban, tu aliento no me alimentaba, tus palabras ya no eran...
fue todo un sueño, una nube, un suspiro del amor que fue...

Sueños, de dónde vienen?

Comienzo a creer que algún dios horrendo de tortura y muerte, se ríe de mi alma triste...


* Foto: Laurent Lavender

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