Una hoja cayendo en la noche,
un animal desmembrado en la carretera.
Un suspiro hediondo y fugaz,
espera en cada rincón.
Observamos y comemos de ella,
caminamos y le sonreímos inocentes.
En lo que llamamos vida nos olvidamos
de abrir la puerta a la sombría verdad.
No camina descalza ni huesuda
por la fría vereda de enfrente
No porta una hoz ensangrentada
ni sus ropas vuelan al viento
Está en todo y en todos,
es parte de lo que respiramos.
Está en la orina, en en aire que exhalas,
en las uñas que te cortas, en el pelo que cae.
No quieras olvidarte de su presencia.
Aún no es demasiado tarde.
J*
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