Tengo cuatro toallas blancas en mi clóset.
Tengo doblada y pulcra mi honestidad,
en montoncitos uniformes en mi clóset
Mis anhelos claros planchados,
mis deseos desatados, ordenados.
Tengo cuatro toallas blancas en mi clóset,
y entre ellas conversan la soledad de mi cuerpo.
Tengo tan ordenadas mis ideas,
que tu vaivén me exaspera, y me enamora.
Tu paciencia desordena mi quehacer,
tus ojos iluminan mi sueño cansado.
Molesto, arisco, tierno estúpido.
Deja de mirarme y reír con tu belleza.
Me gusta tu sonrisa veraniega,
la calidez de tus palabras otoñales.
Y al mismo tiempo, en la misma ocasión,
me molesta tu estúpida ironía, tu voz gélida.
Me columpias feliz en tu sonrisa
y me apartas con tu lengua afilada
Este juego de calor y frío,
de dulce y agraz...
Llegaremos al término medio?
Querido amor lejano y platónico,
rozarán algún día, mis labios los tuyos?
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