He soñado, con telarañas ardientes y pegajosas
unidas a mi carne desnuda, con piel de gallina,
he soñado.
Y abrí mis ojos al bosque frondoso en el que estaba,
de boldos y quillayes, helechos y hiedras.
Entre dos robles enorme atrapado abrí mis ojos,
mosca blanca y desnuda, de alas rotas
he soñado
Lanzas de sol atravesaban la cúpula esmeralda,
mis forcejeos alteraban la quietud del amanecer
Boqueando como un pez recién sacado,
intentaba sorber algo de ese aire pesado
Y sentí su mirada fija sobre mí,
se acercaba entre las sombras de las hojas
Ocho patas soportando su horrible cuerpo,
sus ojos sin luz me miraban hambrientos,
en silencio.
Al frente, una familia de conejos me observó,
levantaron su orejas y detuvieron su andar.
Cada paso del monstruo era un paso atrás en mi cordura,
cada paso del monstruo era mi corazón un colibrí
La familia de conejos reanudó su marcha muda,
muda ante mi tonta desgracia
Y mirando el amanecer dorado, cerré mis ojos.
Mudo ante el horror de ocho patas
desplegado sobre mi.
*Photo by Marcus Moller
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