Era algo asi como una llave abierta; como una cama en medio del bosque.
En ese inesperado momento, tu figura misteriosa apareciò frente a mi.
Como fauno preparado y listo, antes de un hola, mis pies se adelantaron a los tuyos;
Y un zarpazo de calor inundó la desnudez sin vergüenza alguna.
Ni tu nombre pregunté, pero en tus labios leí tu necesidad, y la abarqué con a mía.
Tocar parecía insuficiente, besar era el rocío apagando una hoguera.
Y ese abrazo desesperado se juntaron tu proa y la mía, sin puerto alguno.
Nuestras manos se cerraron en torno, y mecieron al ritmo del aliento de los dos.
Agotados, entre sudor y saliva ardiente, nuestras voces se apagaron de virilidad.
Un gemido incesante llenó la noche de rojos colores, y el bosque avergonzado cerró sus hojas al encuentro.
Caricias y candores reciben tu hombría, y acojo tu nobleza ardiente con mi cuerpo tibio.
Saboreo tus anhelos salados, mientras recibes los míos, acuclillado y febril.
Jadeante se sacude el colchón del ensueño, y mis ojos se abren para contemplarte.
Todo se hunde en la niebla, para despertar de pronto,
... En mi cama solo y sin aliento.
J*